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¿Qué implica la data de género?

- el junio 14, 2017 en Experiencias, Guest posts

Vivas Nos Queremos 8
En uno de los encuentros que tuvimos en Abrelatam 2016, a Majo Greloni (directora de Comunicación y Campañas Online en Wingu) y a mi nos motivó la curiosidad de identificar los desafíos sobre género y datos desde la diversidad que siempre caracteriza a este evento; fuimos voluntarias para conducir esta mesa y uno de los desafíos que se quedó rondando en mi cabeza tenía que ver con identificar qué se puede hacer con la poca data de género que tenemos para incidir en políticas públicas.

Entrando a una reflexión más profunda, me doy cuenta de que cuando empezamos una conversación sobre data de género, en la mayoría de los casos la primera puntualización que resalta es hablar sobre violencia de género y la ausencia de información que llega a ser una suerte de común denominador en Latinoamérica. Lo primero tiene que ver con que tendemos a limitar el tema de género al enfoque de violencia por el contexto urgente de nuestros países, y esa mirada es necesaria aunque no la única; lo segundo, un poco más preocupante, tiene que ver con la falta de datos de género, y si existen, la cuestionable calidad de los mismos.

Cuando hablamos de data de género no nos referimos meramente a un indicador enunciativo de hombres y mujeres dentro una base de datos: estamos hablando de todas las dimensiones que comprenden estos dos diferenciadores mayores, yendo a la construcción cultural y social más allá de lo biológicamente determinado. Esta construcción implica la comprensión de la vida de las mujeres y las disparidades, los desafíos políticos y legales que enfrentan y les impide avanzar; elementos que normalmente resultan ausentes de los datasets ante la falta del corte de género como componente primario de las bases de datos.

La perspectiva de género, en este sentido, alude no sólo al potencial de granularidad y calidad de datos y su consiguiente valor derivado del análisis, sino también a su potencial político, transformador de la realidad, es decir, una propuesta política que exige un compromiso a favor de la construcción de relaciones de igualdad de género. Sin buenos datos, nos perdemos de detalles cruciales que pueden cambiar disparidades y acortar caminos en los desafíos planteados; no podemos ver con precisión qué es lo que necesita ser modificado, si es que las soluciones planteadas funcionan o no, o si hay progreso en lo que estamos haciendo.

 

Desde cualquiera que sea nuestra rama de interés, la data de género implica no solamente una cuestión técnica que en definitiva tiene un peso importante y que determina la calidad de futuros análisis, al mismo tiempo hablamos de una cuestión basada en política y por lo tanto, la determinación de qué valores medir. En ese sentido, si consideramos que tenemos recursos limitados para la recolección de datos, la elección sobre qué medir, cómo medirlo y quién está midiendo puede profundizar una división inadecuada de datos y proporcionar datos sexistas o poco útiles.

No hay igualdad de género sin igualdad de datos

«Medimos lo que valoramos y si no es parte de la mentalidad que, por ejemplo, el trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar tiene un valor económico además de otros beneficios y, por lo tanto, no medimos ese trabajo, entonces no podemos ver cómo las mujeres impulsan el desarrollo económico y productivo de los países», dice Emily Courey Pryor, directora de la iniciativa Data2X de la Fundación de las Naciones Unidas, cuyo objeto es mejorar la disponibilidad y el uso de los datos de género.

El vínculo entre los datos de género y el empoderamiento económico de las mujeres es un ejemplo enorme, y sin embargo es sólo una de las múltiples áreas en las que esta data es carente o inexistente.

Pasar por alto estas valoraciones contribuye a una cultura de invisibilidad; como el ejemplo expuesto por Courey existen otros tantos, relacionados por ejemplo a la edad reproductiva de las mujeres, que según la OMS, se define entre 15 y 49 años; y sin embargo las niñas menores de 15 años representan 2 millones de los 7,3 millones de embarazos de niñas menores cada año en los países en desarrollo, según UNFPA. Estos 2 millones de niñas no aparecen en las estadísticas y sin embargo están ahí.

La data de género, precisa y completa, abre la puerta a la identificación y consiguiente subsanación de estas brechas de datos, que a su vez se traducen en promoción de políticas efectivas para el cierre de brechas de desigualdad.

Con este panorama, conversando con Natália Mazzote (Co-Directora en Gênero e Número y Administradora de programas en Escola de Dados Brasil), concordamos que las varias implicaciones de los datos de género se convierten en un reto desde el punto de vista de la planificación estratégica: contamos con bases de datos e información sobre temas varios, como por ejemplo la empleabilidad en carreras universitarias tecnológicas, pero no contamos con información suficiente para medir, por ejemplo, la asimetría de género pues el recorte de datos de género se excluye o no se considera como importante dentro de estas recolecciones; a fin de cubrir esta brecha, el proceso al que normalmente recurrimos quienes trabajamos género desde distintas perspectivas, es el de crear una estructura propia recurriendo a fuentes alternas, especialistas en la materia y otros.

Esto implica un gran esfuerzo al momento de generar bases de datos y análisis como resultado de investigaciones, y poner este conjunto disponible para cualquier interesado; pero por momentos queda limitado al alcance local al no tener estándares internacionales que nos permitan tener una comparación macro de lo que está pasando a nivel regional.

 

Dos esfuerzos más visibles para subsanar la falta de estándares internacionales, mejorar la disponibilidad y el uso de los datos de género son:

  • Publicado en septiembre de 2015, los 16 indicadores globales «Listos para medir» (Ready to Measure) y monitorear los resultados para mujeres y niñas sobre los Objetivos de Género de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), lanzados por la Organización de las Naciones Unidas con una nueva agenda de desarrollo sostenible y metas al 2030; los 17 objetivos que componen este compromiso han planteado un escenario más transversal para el tratamiento de las disparidades de género: la incorporación sistemática de una perspectiva de género en la implementación de la agenda global de trabajo, reflejada en la identificación de la meta 5 denominada “Igualdad de Género” y 11 ODS incluyen metas específicas desagregadas por género.

Impulsado por Data2x, quienes han identificado 28 brechas de datos en cinco ámbitos: salud, educación, oportunidades económicas, participación política y seguridad humana, ya cuentan con definiciones acordadas internacionalmente, que se elaboran a través de los instrumentos de recolección de datos disponibles, que ya cuentan con una cobertura relativamente amplia, que no tienen sesgos de género incorporados, y que están basados en las recomendaciones de ONU Mujeres, el Grupo Interinstitucional y de Expertos sobre Estadísticas de Género, el Grupo de Trabajo Abierto, los indicadores de los ODS y la actual lista de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas, incluyendo pero no limitado a la meta cinco sobre Igualdad de Género de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Están en la búsqueda de unir esfuerzos con otros socios, expertos y agencias nacionales para poner a prueba los indicadores “Listos para medir” y motivar el inicio de la recolección de datos de género.

  • Más reciente, de septiembre de 2016, la iniciativa emblemática “Haciendo que cada mujer y cada niña cuenten” (Making Every Woman and Girl Count) de ONU Mujeres. El programa de cinco años invertirá los recursos y la experiencia necesarios, centrándose en 12 países pioneros, para generar, priorizar y utilizar los datos de género. Ayudará a los países a formular políticas basadas en datos concretos y orientadas a aplicar plenamente los progresos logrados en relación con los objetivos de desarrollo sostenible (GDS).

 

En ambos casos existen objetivos claramente trazados, en búsqueda de resultados que ciertamente no veremos en el corto plazo, pero que significan un esfuerzo importante por trascender en la necesidad de mejores datos de género.

 

La labor continua y el rol desde sociedad civil

 

En el continuo ejercicio de demanda y generación de mejor data de género por parte de la ciudadanía hacia los gobiernos, vale la penar que como ejercicio recordemos y apliquemos los Principios Básicos para la Revolución de Datos para el Desarrollo Sostenible, presentado en el informe de la revolución de datos “Un mundo que cuenta” (A world that counts) de Naciones Unidas, para entender qué pedimos, cuáles las características que necesitamos y cómo lo pedimos:

  1. CALIDAD Y RELEVANCIA DE LOS DATOS: Lo había mencionado anteriormente, la invisibilización del corte de género deriva en un análisis de dataset sesgados, lo que limita la posibilidad de generar transformaciones.
  2. DESAGREGACIÓN DE DATOS: Se ha considerado al corte de género como omnipresente en las bases de datos, sabemos que se hizo, pero en algún punto alguien consideró que no eran importantes para el análisis; esta práctica invisibiliza realidades.
  3. OPORTUNIDAD DE DATOS: Los datos retrasados ​​son datos negados; la falta de datos desagregados y en el tiempo oportuno significan un dificultad mayor y una demora para la pertinente revisión de las políticas públicas.
  4. TRANSPARENCIA DE DATOS Y APERTURA: Todos los datos sobre cuestiones públicas y / o financiados por fondos públicos, incluidos los datos producidos por el sector privado, deberían hacerse públicos y «abiertos por defecto», con excepciones estrictas para las preocupaciones reales de seguridad o privacidad. En lo relacionado a género específicamente, la falta de transparencia y apertura de estos datos está generando poca precisión en la identificación de problemas y posibles soluciones, en lo que demandamos al aparato público.
  5. DATOS DE USABILIDAD Y CURACIÓN: La arquitectura de datos debe poner gran énfasis en el diseño centrado en el usuario y en interfaces amigables para el usuario, considerando que los usuarios frecuentes de estos datos, además de los organismos públicos, son organizaciones de sociedad civil. Datasets incomprensibles o información con componentes de complejidad innecesarios, como PDFs con contraseña, no facilitan el consumo de datos.
  6. PROTECCIÓN DE DATOS Y PRIVACIDAD: Es necesario elaborar normativa clara, políticas y marcos jurídicos sólidos que regulen la inclusión y la exclusión voluntaria, la extracción de datos, la reutilización con otros fines, la transferencia y la difusión. Los ciudadanos deberían poder comprender y controlar mejor sus propios datos y proteger a los productores de datos de las demandas de los gobiernos y de otros ataques.
  7. GOBIERNO DE LOS DATOS E INDEPENDENCIA: En la alternancia del poder político, muchas oficinas nacionales de estadística se ven afectadas en sus procesos y continuidad de acciones, las coloca en una posición de vulnerabilidad a la influencia de los grupos políticos y de interés. La calidad de los datos debe ser protegida y mejorada mediante el fortalecimiento y la garantía de que son funcionalmente autónomos, independientes de los ministerios sectoriales y de la influencia política.
  8. RECURSOS Y CAPACIDAD DE LOS DATOS: Una doble responsabilidad, por una parte requiere inversiones, por ejemplo, en capital humano, mejores tecnologías, infraestructura, datos geoespaciales y sistemas de gestión principalmente en sistemas gubernamentales; por otra debe desarrollarse la capacidad de ciencia de datos en los servidores públicos y organizaciones de sociedad civil para generar valor agregado a partir de datos, ello puede convertirse en un elemento complementario de calidad a las estadísticas oficiales.
  9. DERECHOS DE DATOS: Es la comprensión de que la revolución de los datos está estrechamente vinculada al ejercicio y resguardo de los derechos humanos, entre otros, el derecho a ser contados, el derecho a la identidad, el derecho a la privacidad ya la propiedad de los datos personales, el derecho al debido proceso, por nombrar algunos, pero que en esencia implican.

 

Finalmente, como periodistas, investigadores y activistas las puertas están abiertas para replantearnos la perspectiva de nuestras causas y empezar a dar enfoque de datos a los temas de género: ello nos conduce a una discusión en un nivel más puntual y efectivo, trascendiendo más allá de lo mediático y empujando a la reflexión más objetiva que se enfoque justamente en subsanar aquellas disparidades invisibilizadas; los datos son la herramienta más concreta para incidir en políticas públicas.

 

 

Katherine Pennacchio: rebeldía colaborativa

- el mayo 18, 2016 en Uncategorized

 

19242158KatherinePennacchioCuando la invitaron a trabajar en la investigación de bases de datos de los llamados  Panama Papers, junto con aproximadamente 370 periodistas más alrededor del globo, la periodista venezolana Katherine Pennacchio se encontró con una maquinaria asombrosa.

“Básicamente teníamos dos plataformas a las que podíamos entrar”, detalla en entrevista,  “una era una red social [basada en el software abierto de Oxwall], con ella podíamos estar en contacto con los demás periodistas de cualquier lugar del mundo.

“Íbamos creando grupos: ‘Hallazgos de Panamá, de España…’ si yo estaba investigando un personaje cualquiera y estaba relacionado con un grupo de España iba a ese grupo y lo ponía allí”.

La otra plataforma fue un buscador que les permitía ubicar a los beneficiarios de los servicios de Mossack Fonseca, muchos de los cuales violaron leyes para ocultar millones de dólares que evitaron pagar en impuestos. También permitía navegar  los millones de documentos entre pdfs, fotos y otros archivos, así como datos estructurados.

Para que el buscador funcionara, apenas dos desarrolladores,  Rigoberto Carvajal y Miguel Fiandor, habían reconstruido la base despedazada entre varios formatos.

Colaboración. Era la piedra angular  sobre la cual, de acuerdo con la hoy periodista de Armando.info , se monta el periodismo de datos. Pero ella no la aprendió con los Panama Papers.

 

CC NC SA by Fotomovimiento

CC NC SA by Fotomovimiento

Lo supo desde su participación en la investigación finalista del premio Gabriel García Márquez Propietarios de la Censura ––que mide las consecuencias del fenómeno de la compra masiva de medios por parte del gobierno venezolano tras la muerte de Hugo Chávez–– y en la iniciativa Vendata, con que ella busca habilitar investigaciones de datos sobre información de la Gaceta (órgano oficial de publicación de leyes venezolanas).

“Creo que mucha gente piensa que se trata de hacer un mapa o una visualización, pero el periodismo de datos como tal es un proyecto que logre tener varias aristas cubiertas: investigación, colaboración y datos.

 

“Todo periodista debe tener un amigo desarrollador, no uno, varios”, dice con una sonrisa.

“La mayor suerte que un periodista puede tener es trabajar con un desarrollador que vaya de su mano. No le quito mérito ni al diseñador ni a otros periodistas. Lo ideal es tener al menos uno de cada uno”.

Para Vendata ha sido fundamental el apoyo de Ipys Venezuela y Transparencia Venezuela. El proyecto comenzó cuando Katherine conoció al desarrollador Victor de Ponte y le planteó su idea.

“Él me ayudo a darle forma a lo que yo traía en la cabeza. Es semejante a los proyectos de VozData en Argentina (de La Nación). De ahí vino una de las ideas: lástima que no había documentación de su trabajo, y no es posible para el programador simplemente copiarlo. Se tuvo que crear desde cero. Nosotros queremos que en el nuestro haya documentación para que pueda reproducirse la plataforma en cualquier país para otros proyectos”.

La escasez de papel para impresión, banda ancha y… profesionales especializados en datos; el racionamiento de la electricidad y la censura son elementos a franquear en Venezuela, pero el proyecto continúa con éxito. Tiene objetivos ambiciosos: crear una plataforma que habilite la investigación sobre la Gaceta, un amasijo de publicaciones sin estructura alguna, hecha de escaneos de documentos disímiles y que se carga a un sitio donde a veces ni el ojo humano puede leerlo.

Katherine equipo“A pesar de todos los problemas que tenemos he tenido suerte consiguiendo personas que se comprometan por varios meses durante el proyecto. Somos cuatro, los que iniciamos: Arysbell Arismendi, coordinación, la diseñadora de Propietarios de la Censura, Roselia Ruiz y también y Victor de Ponte, el desarrollador que conocí en un hackatón en Caracas».

Tres años atrás, durante su maestría en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización en la universidad española Rey Juan Carlos seguía los pasos de la también periodista Emilia Díaz Struck, su mentora en Venezuela.

“Fue mi acercamiento profundo al periodismo de datos. Hice mi tesis en CartoDB. Me interesé en el tema de visualización. Me costó un poco porque no sé muchísimo sobre programación, pero ahí empecé a familiarizarme con el código, me ayudó a entender cómo relacionarme con desarrolladores, aprender el lenguaje que ellos hablan y aprender a explicarte en cuanto a lo que necesitas, que es un reto”.

Hay otros retos: es un país donde periodistas fueron retirados de sus posiciones en televisión por sugerir la existencia de desabastecimiento de víveres o donde está prohibida la palabra “inflación”, profesionales de la información y desarrolladores escasean, lo mismo que el papel, y la banda ancha, y el trabajo de instituciones con que Katherine ha trabajado recibe constantes críticas de agentes cercanos al gobierno venezolano por haber recibido financiamiento de organismos internacionales como USAID y National Endowment for Democracy (NED).

Katherine decidió quedarse.

“Siempre quieres aportar algo a la sociedad y esta es mi manera de hacer alguna aportación. Por otra lado, tal vez tengo un problema con la autoridad”. Katherine sonríe.  “Me gusta desafiarla, hacer contraloría social”.

Datos contra feminicidios: estudios de caso

- el mayo 5, 2016 en Uncategorized

Niñas en peligro

Vivas Nos Queremos

CC by Gibran Mena NC-SA

Claudia Quiroz Romero era una estudiante de 16 años en el departamento de Cochabamba, Bolivia. Fue violada y estrangulada por al menos un hombre, un miércoles de fiesta religiosa en 2015. Los agricultores comunitarios encontraron su cuerpo tirado en la milpa.

La menor de edad perdió la vida como parte del escenario de violencia contra mujeres en ese país, pero está lejos de ser la única niña afectada. De acuerdo con datos obtenidos y sistematizados por la plataforma Cuántas Más, 16 de 29 menores huérfanos por feminicidio (desde el inicio de la plataforma en 2013) relatan cómo “papi mató a mami”.

En Ciudad Juárez, los cuerpos sin vida de las hermanas Cinthia Ruiz Salazar y Daysi Fabiola Morales Salazar fueron halladas una mañana sobre la cama de su madre, con agudos cortes en todo el cuerpo y signos de violación. El padre de una de ellas es autor confeso del asesinato. De acuerdo con informes publicados por la prensa local, dijo haberse “vengado” de que una de las niñas “provocara” su rompimiento con la madre de ésta.

Estos datos NO son parte de ninguna base publicada por agencia gubernamental alguna, boliviana ni mexicana. Son parte de las bases abiertas, con varios años y miles de registros, construidas a fuerza de sistematización y a partir de publicaciones periodísticas, informes policiales y solicitudes de información por las plataformas Cuántas Más en Bolivia y el Programa de Monitoreo e Investigación de Red Mesa de Mujeres (RMM), en Ciudad Juárez, México.

¿Cómo pueden los datos abiertos hacer contribuciones específicas para el alivio de violencia de género en Latinoamérica?

Dos mujeres, Raisa Valda Ampuero, responsable de estrategia digital de la plataforma sobre feminicidios Cuántas Más, e Itzel González, coordinadora del Programa de Monitoreo e Investigación de Red Mesa de Mujeres (RMM), relatan cómo hacen día con día bases de datos con propósitos de incidencia estratégicos y efectivos para combatir esta terrible realidad.

Su labor se ha beneficiado de alta granularidad en los datos, al detallar geolocalización del feminicidio, autor o presunto autor, relación autor-asesinada, sociodemográficos de la mujer en cuestión, entre otros detalles. La consistencia de los datos, es decir, el levantamiento de datos que puedan ser provistos en todos o la mayoría de los casos, a través del tiempo, es también un factor decisivo para el éxito de las plataformas.

Con ello, Cuántas Más publica sus bases de datos abiertos completas de 2013 a la fecha en su sitio, mientras que Red Mesa se encuentra aún en el proceso de completar sus bases y ha preferido no hacerlas aún públicas.

Screen Shot 2016-05-05 at 6.53.16 PMEn ambos casos, las organizaciones que levantan y analizan datos seleccionaron los campos de sus bases teniendo a la vista tres objetivos primarios:

a)La nutrición de propuestas específicas para alocación de recursos públicos. Es decir, dichas organizaciones van a exigir presupuesto público que sea adecuado a la gravedad de situaciones por área geoespacial (departamento, colonia, etc.)

b) La elaboración de propuestas para programas públicos que resuelvan las problemáticas específicas que los datos evidencian, por ejemplo, en Bolivia, que la mayoría de los autores de feminicidios son pareja de las mujeres asesinadas.

c) La generación de impacto que sea de beneficio para organizaciones que combaten violencias contra mujeres en campo, y que son las que proveen gran parte de la información que alimenta las bases de datos, con el trabajo directo en sitios aledaños a los feminicidios.

¿Cuántas Más?, Bolivia

12045781_1642902455963478_1245370178522629950_oRaisa, abogada de formación y activista en internet, relata cómo la generación de una base de datos les ha permitidio a ella, junto con Marcelo Lazarte e Ida Peñaranda, articular esfuerzos con organizaciones feministas que trabajan en campo –exigiendo en los centros policiacos información detallada de feminicidios– para con esta información exigir a su vez alocación de recursos públicos  para los departamentos donde mayor violencia contra las mujeres existe. Su labor empezó en 2015, originalmente con un financiamiento de la organización internacional Hivos, el cual agotó ya su plazo de cobertura.

¿Cómo comenzó el trabajo de Cuántas Más?

En marzo de 2013, con la Ley 348, se incorpora delito de feminicidio en Bolivia. Hasta entonces, se les conocía como “delitos pasionales” o “delitos de honor”. La mayoría de los feminicidos que ocurrieron en 2013 siguieron tipificándose como simple asesinato, homicidio culposo… cualquier otra cosa, pero no feminicidio.

En Bolivia hay colectivas como Mujeres Creando, las Feministas Callejeras, la coordinadora de la mujer en Cochabamba. El trabajo inicial de ellos es en la calle, pero en 2014 empezó a crecer su acción digital.

En 2015 tuvimos dos casos muy sonados: uno es feminicidio, el caso de Andrea Álvarez,  que fue un hito en el internet boliviano porque la madre es activista de Mujeres Creando y activó a este grupo humano dentro de las redes.

Fue una guerra entre quienes apoyaban a la víctima o al presunto victimario. Otro caso no es ya feminicidio, sino la violación de una ciudadana norteamericana [Renee Gurley] en Samaipata.

Decidió exponer su caso públicamente en Facebook para ganar atención porque su proceso se estaba dilatando, y existía la posibilidad de que dos de los imputados accedieran a cargos públicos sin haber terminado el proceso.

Todos estos temas abrieron la discusión en internet de la activación de estos colectivos que ya tienen mucha acción en calle y que trasladaron también su accionar a las redes.

Justamente ese fue el desafío de Cuántas Más en 2016. El año pasado y 2014, fue el año de recolección. Casi no teníamos gente y nadie sabía trabajar bases de datos. El año pasado tuvimos el acelerador de periodismo de datos y a partir de eso tuvimos un aprendizaje.

Antes de eso lo hacíamos por intuición. Se lanza la ley y empezamos a tabular por puro instinto. El periodismo de datos nos sonaba de lejos.

¿Cuáles son las fuentes de sus datos?

La data que hemos logrado sacar ha sido de colectivos que nos han provisto de algún material, también desde los medios que han publicado las noticias. Son insumos que nos han ido llegando desde varias fuentes que hemos ido recopilando nosotros, desde los medios. A partir de eso hemos generado las tablas, con los criterios que íbamos a publicar inicialmente. En algunos casos no están del todo completos. Se nos hace difícil acceder a la información porque hay que ir a requerimiento, a provincia.

67173_1695311050722618_3893831368754744579_n¿Qué tipo de datos requieren para sus bases?

Para nosotros era importante no solamente decir que “fulanita” murió y la mató el esposo, sino que murió en qué provincia, si podíamos geolocalizar, circunstancias, causas nombres de los presuntos autores, edades de las víctimas y acusados. Hasta aquí lo que hemos descubierto es que los mayores victimarios  son los esposos.

También el estado del caso, si está en sentencia, en investigación si se ejecutó la sentencia y la tercera parte es el número de los hijos. Más allá de la muerte de la mujer, quiénes más se ven afectados por estos hechos.

 

¿Cómo se articulan grupos feministas de base con organizaciones que trabajan con datos sobre feminicidio?

Nosotros estamos aprendiendo, nos estamos capacitando y el objetivo es retribuir el acercamiento que tienen estos colectivos con Cuántas Más y empezar a educar con bases de datos. Estos colectivos empiezan su trabajo en las calles, y es el lugar donde hay que hacerlo, porque las víctimas se acercan por esas referencias, no por intenet, pero han descubierto que se pueden hacer muchas cosas por internet. El desafío es educar, porqué es importante, para qué sirve y cómo se puede utilizar.

Por otro lado, hay un tema muy fuerte de asignación presupuestaria .Con la ley vinieron instituciones de resguardo para mujeres, de prevención de delitos.

Asignan a diestra y siniestra sin saber… Cochabamba necesita muchos recursos. El problema es la asignación del presupuesto. Si una víctima necesita una investigación es muy costoso, debería ser gratuito por ley. Es terrible, un proceso de revictimización

Con las bases ofrecemos esto: si uno tiene la información de lo que está ocurriendo se puede segmentar por departamentos, en este caso Cochabamba, la ciudad donde yo vivo, donde hay a razón de un feminicido cada diez días.

Está también el tema de justicia porque es un tema complejo. La hacinación en las cárceles es súper fuerte. Para este tipo de delitos hay que saber quiénes y porqué son procesados judicialmente.

 

Programa de Monitoreo e investigación de Red Mesa de Mujeres

6 copyEn 2010 comenzó el Programa de Monitoreo e Investigación de Red Mesa de Mujeres (RMM), una organización ciudadana que se originó en Ciudad Juárez para combatir la normalización de la violencia tras el hallazgo de 8 cadáveres  en “Campo Algodonero”.

Itzel González, coordinadora del programa, comparte cómo su organización articula el trabajo de activistas de campo para monitorear la efectividad de programas gubernamentales contra la violencia y proponer nuevos programas modelados por los datos de campo que reúnen.

 

¿Cómo funciona el programa de monitoreo?

Somos 11 personas trabajando en este proyecto. Se trata de tener un registro de los casos de violencia, posteriormente se amplía para incluir datos e información de otros tipos de delito que se cometen en la ciudad por razones de género. Tenemos una base con 48 indicadores.

Capturamos los datos sociodemográficos de las mujeres que fueron vícimas de feminicidio para ir generando un perfil de quiénes eran estas mujeres y en dónde vivían.

Es muy importante ubicar la colonia donde tenían su domicilio pero también la zona donde su cuerpo fue localizado, con el fin de generar, en el futuro, este proceso de generar mapas o geolocalización de los casos de feminicidio.

¿De dónde provienen los datos?

5 copyNuestra información la obtenemos de medios periodísticos pero también en solicitudes de información. Como no está tipificado muchas veces, en medios no te lo dicen y en solicitudes de información tampoco lo llaman feminicidio.

Si tenemos suerte de que en la nota diga dónde vivía esta mujer y dónde fue localizada, la forma en que fue asesinada. Esos detalles nos aportan información. Para nosotras es muy valioso par apoder ir mapeando los distintos tipos de feminicido que están ocurriendo.

En las solicitudes de información pedimos los registros que tiene la Fiscalía General sobre la cantidad de mujeres asesinadas que ha habido de 2010 a 2015. El tipo de delitos que se presentó con mayor frecuencia en ese año en contra de mujeres. También desglosamos nuestras solicitudes por delito.  Violaciones, hostigamiento sexual, homicidio (así clasificado en el código).

Una vez que la tenemos hacemos un vaciado de esos datos, unas pequeñas tablitas, unas grafiquitas muy sencillas y las traducimos a mensajes visuales en redes, y hacemos estas comparaciones de violaciones entre años, hacemos ese trabajo de visualización a través de los números.

¿A dónde van esos datos?

“Nosotras participamos en diferentes espacios, tanto a nivel local como estatal En  el estatal en el Consejo de la Ley del Derecho de las Mujeres a una vida libre de violencia, desde donde hacemos un monitoreo de esta ley, qué resultados está teniendo a un nivel local. Estos datos nos permiten contrastar con la realidad y la expectativa.

Nos están diciendo que en 2015 implementaron tantas campañas de la violencia intrafamiliar, y estoy viendo que hubo un incremento por ese tipo de delito en el sector de justicia, a ver qué está pasando.

Esta acción se replica a nivel de Ciudad Juárez.

Participamos en el consejo del Insituto de la mujer juarense.  Es información que también acompañamos de otros indicadores, por ejemplo información cualitativa que nos proporciona la Red de Defensoras Comunitarias que está trabajando en campo, en estas colonias, así como los datos de los acompañamientos de nuestro módulo en el Centro de Justicia.

Con esa información, generamos las propuestas para llevarlas a instancias municipales: “se preferiría que fuera la campaña de atención a mujeres en cuanto a relaciones productivas”, por ejemplo. Hay algunas mujeres que están en la inmediatez de sus necesidades más básicas.

En los últimos tres años se han estado generando programas tanto a nivel federal como a nivel estatal, que después se vinculan con los municipios. Estos programas segregan por zonas la ciudad. Entonces hacen todo un diagnóstico de esta zona donde aparentemente hay índices altos de violencia social, y a esas zonas dirigen los recursos y estrategias de prevención.

Si durante este tiempo se invirtió en estas zonas catalogadas como vulnerables, quisiéramos ver con datos y números de feminicidio y otros tipos de violencia, y poder hacer un balance entre los recursos, las acciones que se desarrollan y la violencia en esas zonas, contrastar esa información.

Por otra parte, conocer dónde las mujeres fueron asesinadas nos da información relacionada con el tipo de asesinato. Usamos las categorías de Julia Monárrez, una socióloga que ha contribuido mucho en cuestiones de análisis teórico, pero también ha construido una extensa base de datos de feminicidios.

Las categorías incluyen el feminicidio íntimo,  sistémico, feminicido por ocupaciones estigmatizadas, esas categorías las tomamos en cuenta para determinar qué tipo de asesinato fue perpretado.

¿Cómo se articula su trabajo con organizaciones de base de defensa de la mujer?

Olga Márquez, por ejemplo,  tiene 20 años de trabajo en la comunidad, vive en el norponiente de Ciudad Juárez, una de las zonas con mayor rezago en cuanto a infraestructura, pero ha tenido históricamente niveles altos de organización comunitaria a través de organizaciones civiles y eclesiales de base.

Se formó en temas de derechos humanos de las mujeres. Es el principal enlace con la comunidad. Nos dice que fue a la comunidad de Granjero y vio que hay una enorme cantidad de chicas que muy jóvenes tienen dos o tres hijos, pero no acceso a servicios de salud ni educación.

¿Cómo ha sido su proceso de aprendizaje?

Sergio Ariza, [capacitador de la organización SocialTIC A.C.], nos asesoró a trasladar a Google Sheets con un formulario específico y completo para ir llenando esta base de datos.

Nos ahorra tiempo, es práctico y podemos generar que las chicas de servicio social puedan meter información de una manera más simple. Antes había que cuidar que si el espacio de más, con las lista desplegables agarras el nombre de la colonia y les pones los numeritos la edad de la chica.

Otra cosa que nos ha ayudado muchísimo a eficientar este trabajo ha sido contar con un pequeño protocolo donde ahí viene toda la serie de pasos que alguna persona tendría que seguir si quisiera colaborar con el llenado esta base de datos y la quisiera conocer. En ese documento puede encontrar esta información. Lo sacamos en noviembre del año pasado y lo hemos estado utilizando con las personas que vienen, estudiantes de servicio social.

Era una cuestión poco práctica que cada vez que venía una estudiante tener que explicarle el objetivo, deja tú del programa, sino de la base de datos. Tenerle que enseñar a hacer el llenado, era un poquito engorroso, porque les toma tiempo agarrarle a la onda de las base de datos. Con el formato y el protocolo ha sido mucho más sencillo para nosotros.

¿Cuánto tiempo le ahorra?

En una semana, hasta 5 horas. Tiene tantos indicadores que la anterior base les tomaba ese tiempo. El objetivo es contar con información actualizada y que nos pueda ser de utilidad a la hora estar en la mesa, con instancias de gobierno de cualquier nivel, pero particularmente del orden local, para con esa información hacer nuestras propuestas de Incidencia.

Desaparecidos y datos: en busca de una plataforma unificada

- el abril 6, 2016 en Experiencias, Fuentes de datos, Uncategorized

Ni vivas ni muertas, las personas desaparecidas dejan tras de sí no sólo el dolor de su ausencia sino una pesadilla de trámites y papeleo para ser reconocidas como tales por los Estados.

El 28 de febrero de 2015 un equipo multidisciplinario conformado por los desarrolladores Ricardo Alanís, Miguel Morán, Sandra Barrón y los periodistas Israel Piña y Gibrán Mena comienzan la labor de limpieza y estandarización de los datos de la organización civil Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos, en el estado mexicano de Coahuila.

Esta base de datos se levantó por medio de denuncias ciudadanas, y era la mayor en Coahuila en 2015. Su característica más atractiva era que reunía las denuncias ciudadanas de desaparecidos que no adquirían el estatus «oficial» de desaparición debido al largo y extenuante trámite burocrático que representaba. No obstante, los datos se encontraban dentro de los jpges de fotografías con los rostros de los desaparecidos.

A estos datos se sumaron los de la base gubernamental Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED),  alimentada con datos oficiliazidos por la burocracia local, y posteriormente también se sumaron los del programa también gubernamental Dar Contigo.

Naturalmente, el estándar en los datos era nulo. La primera tarea fue la del scraping, que tuvo una capa adicional de dificultad considerando que algunos datos se hallaban atrapados en los jpegs. Python fue la herramienta seleccionada para extraer esos datos. Pero el mayor reto no consistió en la extracción de los datos, sino en la estructuración de un estándar de datos necesarios que los unificara todos. Estos campos son los que actualmente se encuentran como parte del formulario de la plataforma actual, Nos Faltan Más.

Están diseñados para incluir temas no cuantitativos, como redacción de las narraciones de los desaparecidos e incluso audios con testimonios. Estos campos están diseñados para facilitar la verificación periodística de las denuncias.

La plataforma sigue en construcción y sigue teiendo como objetivo mostrar en una sola plataforma, Nos Faltan Más, un formulario de envío de datos claro y sencillo para que familiares y amigos de estas personas enviaran los datos de sus desaparecidos, incluso si no eran reconocidos por sus gobiernos. Al mismo tiempo, se ilustra periodísticamente lo terrible de este abismo con un caso y una línea de tiempo.

El Open Data Day 2016 ofreció al equipo de Cívica Digital, encabezado por Barrón y Alanís, un espacio para continuar la labor de estandarización. Pero falta aún más. El desarrollador detalla cómo puedes sumarte en en esta entrevista para Escuela de Datos.