Las situaciones de desastre, como el más reciente terremoto en Ecuador, prueban cómo las comunidades de voluntarios y organismos ajenos a gobiernos pueden ser, junto con la gubernamental, una de las fuentes de datos abiertos de mayor calibre y altísima calidad.

En menos de dos semanas a partir del terremoto, el equipo de poco más de 2 mil voluntarios digitales, mayoritariamente ecuatorianos, pero con contribuciones de Estados Unidos, Nepal y México, ha alcanzado el 95 por ciento de las tareas de prioridad, de acuerdo con Daniel Orellana, uno de los líderes de la iniciativa, junto con Humberto Yances.

La prioridad de las tareas fue establecida por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo ecuatoriana, que junto con la Secretaría de Gestión de Riesgos y el Instituto Geográfico Militar conducen tareas humanitarias.

Pero a pesar del intenso énfasis que en muchas de las comunidades de Datos Abiertos se hace en los datos abiertos de Gobierno como fuente de datos, en ocasiones reduciendo los datos abiertos a aquellos, el movimiento Mapping Ecuador, mayormente construido por voluntarios, es ejemplar en áreas de calidad de datos.

Precisión, granularidad, consistencia, vigencia y, particularmente, relevancia, son parámetros que los datos generados por más de 2 mil voluntarios digitales a partir del trazo de edificios y rutas sobre jpegs satelitales, cubren cabalmente.

Aunque la inciativa de mapeo fue lanzada en conjunto con la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, la Secretaría de Gestión de Riesgos y el Instituto Geográfico Militar, la labor de levantamiento de datos en campo y a través de imágenes satelitales y el análisis y evaluación de los datos ha sido llevada a cabo por la comunidad de voluntarios en Ecuador, a quienes se han sumado algunos en Estados Unidos, Nepal y México.

Son alredeor de 2 millones de cambios en el mapa lo que llevaron a cabo en dos semanas, transformando radicalmente la disponibilidad de datos geolocalizados sobre el territorio ecuatoriano en un corto periodo de tiempo.

Un vistazo a la herramienta de análisis de datos OpenStreetMap Analytics (beta) da cuenta de cómo se consigue el grado de precisión necesario en una situación de desastre.

La herramienta permite ver el grado de capacidad técnica que tienen los voluntarios que intervinieron una zona. En el caso de las alrededor de ocho diferentes tareas que ha habido en Ecuador, la mayor masa de contribuyentes tienen un grado técnico medio y alto. Estos son quienes han validado los trazos de los mapeadores que comenzaron su curva de aprendizaje con las tareas de Mapping Ecuador.

También es posible ver el impacto en mapeo por fecha, por ejemplo entre 2016 justo antes del terremoto y la fecha en que este ocurrió, para considerar las diferencia en el tiempo. El surgimiento de la catástrofe potenció el mapeo por razones humanitarias, dicha urgencia potenció la disponibilidad de los datos, en ocho formatos abiertos distintos.

Pedernales, Portoviejo, Manta, Montecristi, y Jaramijó, además de Esmeraldas, Chone y Sucre fueron algunas de las tareas completadas en días después de su lanzamiento. El ritmo de compleción constrasta, por ejemplo, con el más lento mapeo en Japón tras los terremotos correspondientes.

El volumen de voluntarios y la disección de las tareas explican el grado de granularidad de los datos, que alcanzan los niveles de caminos de terracería o servicio, edificios, independiente de su tamaño y canales de agua. Los datos son también vigentes, interoperables entre distintas agencias civiles y gubernamentales de respuesta humanitaria y de altísima relevancia, como prueba esta aplicación que permite rutear entre dos puntos de Ecuador.

La labor liderada por actores como Daniel Orellana, Humberto ha sido, también complementada por la labor de difusión y alafabetización en datos de organizaciones como Open Data Ecuador.

1. Si aún no te has sumado a la iniciativa de Mapping Ecuador, aún quedan tareas por completar, y aquí puedes aprender cómo hacerlo.