“Básicamente teníamos dos plataformas a las que podíamos entrar”, detalla en entrevista, “una era una red social [basada en el software abierto de Oxwall], con ella podíamos estar en contacto con los demás periodistas de cualquier lugar del mundo.
“Íbamos creando grupos: ‘Hallazgos de Panamá, de España…’ si yo estaba investigando un personaje cualquiera y estaba relacionado con un grupo de España iba a ese grupo y lo ponía allí”.
La otra plataforma fue un buscador que les permitía ubicar a los beneficiarios de los servicios de Mossack Fonseca, muchos de los cuales violaron leyes para ocultar millones de dólares que evitaron pagar en impuestos. También permitía navegar los millones de documentos entre pdfs, fotos y otros archivos, así como datos estructurados.
Para que el buscador funcionara, apenas dos desarrolladores, Rigoberto Carvajal y Miguel Fiandor, habían reconstruido la base despedazada entre varios formatos.
Colaboración. Era la piedra angular sobre la cual, de acuerdo con la hoy periodista de Armando.info , se monta el periodismo de datos. Pero ella no la aprendió con los Panama Papers.
Lo supo desde su participación en la investigación finalista del premio Gabriel García Márquez Propietarios de la Censura ––que mide las consecuencias del fenómeno de la compra masiva de medios por parte del gobierno venezolano tras la muerte de Hugo Chávez–– y en la iniciativa Vendata, con que ella busca habilitar investigaciones de datos sobre información de la Gaceta (órgano oficial de publicación de leyes venezolanas).
“Creo que mucha gente piensa que se trata de hacer un mapa o una visualización, pero el periodismo de datos como tal es un proyecto que logre tener varias aristas cubiertas: investigación, colaboración y datos.
“Todo periodista debe tener un amigo desarrollador, no uno, varios”, dice con una sonrisa.
“La mayor suerte que un periodista puede tener es trabajar con un desarrollador que vaya de su mano. No le quito mérito ni al diseñador ni a otros periodistas. Lo ideal es tener al menos uno de cada uno”.
Para Vendata ha sido fundamental el apoyo de Ipys Venezuela y Transparencia Venezuela. El proyecto comenzó cuando Katherine conoció al desarrollador Victor de Ponte y le planteó su idea.
“Él me ayudo a darle forma a lo que yo traía en la cabeza. Es semejante a los proyectos de VozData en Argentina (de La Nación). De ahí vino una de las ideas: lástima que no había documentación de su trabajo, y no es posible para el programador simplemente copiarlo. Se tuvo que crear desde cero. Nosotros queremos que en el nuestro haya documentación para que pueda reproducirse la plataforma en cualquier país para otros proyectos”.
La escasez de papel para impresión, banda ancha y… profesionales especializados en datos; el racionamiento de la electricidad y la censura son elementos a franquear en Venezuela, pero el proyecto continúa con éxito. Tiene objetivos ambiciosos: crear una plataforma que habilite la investigación sobre la Gaceta, un amasijo de publicaciones sin estructura alguna, hecha de escaneos de documentos disímiles y que se carga a un sitio donde a veces ni el ojo humano puede leerlo.
“A pesar de todos los problemas que tenemos he tenido suerte consiguiendo personas que se comprometan por varios meses durante el proyecto. Somos cuatro, los que iniciamos: Arysbell Arismendi, coordinación, la diseñadora de Propietarios de la Censura, Roselia Ruiz y también y Victor de Ponte, el desarrollador que conocí en un hackatón en Caracas».
Tres años atrás, durante su maestría en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización en la universidad española Rey Juan Carlos seguía los pasos de la también periodista Emilia Díaz Struck, su mentora en Venezuela.
“Fue mi acercamiento profundo al periodismo de datos. Hice mi tesis en CartoDB. Me interesé en el tema de visualización. Me costó un poco porque no sé muchísimo sobre programación, pero ahí empecé a familiarizarme con el código, me ayudó a entender cómo relacionarme con desarrolladores, aprender el lenguaje que ellos hablan y aprender a explicarte en cuanto a lo que necesitas, que es un reto”.
Hay otros retos: es un país donde periodistas fueron retirados de sus posiciones en televisión por sugerir la existencia de desabastecimiento de víveres o donde está prohibida la palabra “inflación”, profesionales de la información y desarrolladores escasean, lo mismo que el papel, y la banda ancha, y el trabajo de instituciones con que Katherine ha trabajado recibe constantes críticas de agentes cercanos al gobierno venezolano por haber recibido financiamiento de organismos internacionales como USAID y National Endowment for Democracy (NED).
Katherine decidió quedarse.
“Siempre quieres aportar algo a la sociedad y esta es mi manera de hacer alguna aportación. Por otra lado, tal vez tengo un problema con la autoridad”. Katherine sonríe. “Me gusta desafiarla, hacer contraloría social”.
]]>A pesar del auge que ha tenido el periodismo de datos en todo el mundo y especialmente en Latinoamérica, en Venezuela son pocas las experiencias relacionadas con el tema y sólo un grupo limitado de periodistas se están dedicando a fortalecer esta disciplina. ¿La razón? Más allá de los problemas económicos, sociales y políticos que vive el país, la posibilidad de encontrar datos oficiales abiertos y en formatos reutilizables es casi nula.
Sin embargo, poco a poco más venezolanos están reconociendo la importancia de los datos y su valor para contar historias y solicitar rendiciones de cuentas al poder. Dos organizaciones no gubernamentales están prestando su apoyo para que una Venezuela “datera” sea posible: el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (Ipys Venezuela) y Transparencia Venezuela. La primera realiza talleres de capacitaciones a periodistas alrededor del país e impulsa proyectos como Poderopedia y El Pitazo. La segunda lucha por la aprobación de una Ley de Acceso a la Información Pública y apoya la realización de investigaciones en aras de ponerle fin a la corrupción.
No todo es oscuro y desalentador en Venezuela, actualmente es posible acceder a datos oficiales a través de sitios web gubernamentales como el Instituto Nacional de Estadísticas, Tribunal Supremo de Justicia, Ministerio Público o Registro Nacional de Contratistas. Los datos muchas veces se encuentran en formato PDF pero pueden ser transformados para finalmente analizarlos.
Un ejemplo de lo que se puede lograr con los datos existentes en el país es el trabajo que realiza el portal informativo www.elcambur.com.ve con su sección “Venezuela en datos”. También hallamos medios digitales como Runrunes, Efecto Cocuyo, Armando.info y El Pitazo, que han permitido que los datos orienten varias de sus publicaciones diarias y líneas de investigación.
Durante este año, Ipys Venezuela pondrá en línea una plataforma de consulta con datos reutilizables de las gacetas oficiales de los últimos diez años y en los próximos meses se realizará un evento del grupo Chicas Poderosas para alentar la participación de las mujeres en la actividades relacionadas con tecnología. También se estará trabajando en la creación del capítulo Venezuela de Cargografias, un proyecto ideado en Argentina para mostrar a través de visualización de datos la carrera política de los funcionarios públicos.
Estamos felices de contar con el apoyo de Escuela de Datos para crear una comunidad datera en Venezuela, más organizada y participativa. Comenzaremos dando talleres en distintas redacciones de medios digitales en la capital venezolana, apoyando proyectos de periodismo de datos que ya están en marcha y esperamos, para finales de año, haber podido realizar varios eventos de encuentro para conocernos y compartir ideas.
El sábado 12 de marzo estaremos realizando un taller de introducción al periodismo de datos en Caracas. A su vez, estaremos hablando de un nuevo proyecto de datos abiertos. Si quieres participar, sólo inscríbete aquí. Pueden también escribirnos a [email protected] o a través de nuestras redes sociales, Katherine Pennacchio (@kathypennacchio) y Arysbell Arismendi (@Arysbell).
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